El rey del tenis no ha muerto
A rey muerto, rey puesto, pensaban muchos tras un año aciago en lo deportivo para Roger Federer. El merecido número uno de Rafa Nadal había ensombrecido la figura del tenista suizo que, ya sin sentir la presión y el aliento del manacorí en su nuca, recuperó su mejor juego y sus mejores sensaciones en la final del US Open ante Andy Murray, verdugo del español (6-2, 7-5 y 6-2). La conclusión es que tenemos Federer para mucho tiempo pese a lo que más de uno pronosticaba y que Nadal deberá seguir jugando al límite por que él es ahora la presa que todos quieren cazar.
En Flushing Meadows le gente iba con Federer, como en muchos otros escenarios. Creyendo una anécdota el número uno de Rafa Nadal, que conservará, al menos hasta 2009, Nueva York defendió a capa y espada a su gran héroe, el joven suizo que había ganado en cuatro ocasiones el cetro estadounidense y que amenazaba con igualar las gestas de leyendas como la de Pete Sampras o Jimmy Connors. Al final la apuesta salió cara y todos contentos.
Lo cierto es que el año ha sido extremadamente duro para Federer, pero la guinda del pastel, el primer dulce del año se hizo esperar. Esos son los mejores regalos. Tanto que en una final menos competida de lo esperado (el palizón de Andy Murray ante Nadal probablemente tuvo algo que ver), el suizo revalidó por quinto año consecutivo su título. 84 años después alguien repetía lo que ya hizo Bill Tilden.
El primer Grand Slam del año supone el número 13 (o 12+1 que diría Ángel Nieto) de su carrera tenística y tiene a tiro la marca de Pete Sampras, con una corona más. En Australia tendrá en su mano convertirse en el tenista más engalanado de la historia. Todo un ejemplo a seguir.
Vía>>
En Flushing Meadows le gente iba con Federer, como en muchos otros escenarios. Creyendo una anécdota el número uno de Rafa Nadal, que conservará, al menos hasta 2009, Nueva York defendió a capa y espada a su gran héroe, el joven suizo que había ganado en cuatro ocasiones el cetro estadounidense y que amenazaba con igualar las gestas de leyendas como la de Pete Sampras o Jimmy Connors. Al final la apuesta salió cara y todos contentos.
Lo cierto es que el año ha sido extremadamente duro para Federer, pero la guinda del pastel, el primer dulce del año se hizo esperar. Esos son los mejores regalos. Tanto que en una final menos competida de lo esperado (el palizón de Andy Murray ante Nadal probablemente tuvo algo que ver), el suizo revalidó por quinto año consecutivo su título. 84 años después alguien repetía lo que ya hizo Bill Tilden.
El primer Grand Slam del año supone el número 13 (o 12+1 que diría Ángel Nieto) de su carrera tenística y tiene a tiro la marca de Pete Sampras, con una corona más. En Australia tendrá en su mano convertirse en el tenista más engalanado de la historia. Todo un ejemplo a seguir.
Vía>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario